Haendel

Hola, amigos y amigas del blog. Hoy os voy a hablar de un genio de la música que quizás no conocéis muy bien: Georg Friedrich Händel, o Jorge Federico Haendel, como se le conoce en español. ¿Sabíais que este compositor alemán se nacionalizó inglés y que escribió algunas de las obras más famosas del barroco, como El Mesías o la Música acuática? Pues sí, y además tuvo una vida muy interesante y llena de aventuras. Haendel nació en 1685 en Halle, una ciudad alemana que hoy forma parte de Sajonia-Anhalt. Su padre era un barbero-cirujano que quería que su hijo fuera abogado, pero el pequeño Georg tenía otras ideas. Desde niño mostró un gran talento musical y aprendió a tocar el órgano, el clavecín y el violín con su maestro Zachau. A los 17 años ya era organista de la catedral de Halle, pero pronto se aburrió de su trabajo y se fue a Hamburgo, donde entró en contacto con el mundo de la ópera. En Hamburgo estrenó su primera ópera, Almira, que tuvo mucho éxito. También se peleó con otro compositor, Mattheson, por el puesto de clavecinista en una representación. Los dos se retaron a duelo y se enzarzaron en una pelea con espadas. Por suerte para Haendel, la espada de Mattheson se rompió al chocar con un botón de su abrigo. Así se salvó de una muerte segura y los dos se reconciliaron. En 1706, Haendel decidió viajar a Italia, donde conoció a los grandes maestros del estilo italiano, como Corelli, Scarlatti o Vivaldi. Allí compuso varias óperas y oratorios que le dieron fama y prestigio. En 1710 regresó a Alemania para trabajar como maestro de capilla del Elector de Hannover, que más tarde se convertiría en el rey Jorge I de Inglaterra. Pero Haendel no duró mucho en su puesto: al año siguiente se marchó a Londres, donde triunfó con su ópera Rinaldo. Haendel se quedó en Londres el resto de su vida. Allí compuso más de 40 óperas para el público inglés, que adoraba su música. También escribió obras instrumentales y corales, como la Música acuática o los Conciertos grossi. Su obra más famosa es El Mesías, un oratorio que narra la vida de Jesucristo y que contiene el célebre Aleluya. Haendel estrenó esta obra en Dublín en 1742 y fue un éxito rotundo. Pero no todo fueron alegrías para Haendel. También tuvo que enfrentarse a la competencia de otros compositores, a las intrigas políticas, a las crisis económicas y a los caprichos de los cantantes. Además, sufrió varios problemas de salud: en 1737 tuvo un ataque al corazón que le dejó paralizado el brazo derecho; en 1751 perdió la vista por una catarata; y en 1759 murió tras una larga enfermedad. Haendel fue enterrado con honores en la abadía de Westminster, donde reposan los grandes personajes de la historia británica. Su música ha perdurado hasta nuestros días y sigue emocionando a millones de personas en todo el mundo. Haendel fue un genio de la música y un hombre extraordinario que supo adaptarse a los gustos y necesidades del público. Por eso os invito a que escuchéis sus obras y descubráis su magia. Espero que os haya gustado este breve repaso por la vida y obra del músico Haendel.